Comercio Exterior
4
Acuerdo México-Japón
Moreno-Brid y Ros.
7
También destaca
el hecho de que ambos países buscaban
la restructuración de su economía. Ja-
pón, luego de casi 15 años de recesión,
buscaba nuevos socios comerciales en
América, para disminuir los efectos ad-
versos que el TLCAN generó en su co-
mercio bilateral con México; mientras
que México lo hizo para asociarse con
su aún socio principal en la recesión de
Asia-Pacífico.
8
De manera concreta, ambos busca-
ban sumarse a las tendencias de la eco-
nomía internacional, que confirmaba el
triunfo de la globalización y del libre
comercio como el motor del crecimiento
económico mundial. El AAE, de alguna
manera, representó una mejor negocia-
ción para Japón que para México, que
en términos de la teoría pura del comer-
cio internacional sería el país pequeño;
en ese sentido, la asimetría fue factor de
sesgo e influyó en la negociación que
dio como resultado el acuerdo final.
9
EL CONTEXTO BILATERALY
LOS TEMAS DELAAE
El 17 de septiembre de 2004, tanto
México como Japón acordaron forma-
lizar sus relaciones económicas (de in-
versión y comerciales) mediante la firma
del AAE, el cual entró en vigor el 1 de
abril de 2005. Con dicho acuerdo, los
dos países pretendían incentivar y hacer
crecer aún más sus relaciones económi-
cas e impulsar otras relaciones.
Mucho tiempo antes, ambos países
habían adquirido su membresía en el
principal organismo rector del comercio
mundial. México se volvió miembro del
GATT (hoy OMC) en 1986, vía rápi-
da, luego de haber iniciado un proceso
de desgravación unilateral entre 1983 y
1985 y a sólo un año de firmar su carta
de adhesión en 1985.
Japón, por su parte, ingresó tres déca-
das antes, en 1955, a dicho organismo. En
aquellos años, las negociaciones giraban
básicamente en torno al comercio indus-
trial y manufacturero y, en menor medi-
da, al agrícola; en los tres se aplicaban,
cuando se trataba de países atrasados, la
cláusula de la nación más favorecida y el
sistema generalizado de preferencias.
10
Es decir, las negociaciones principa-
les no incluían el comercio de servicios,
los servicios financieros, la propiedad
intelectual e industrial y otros asuntos
más. En ese tenor, la OMC es el GATT
ampliado, ya que incluye a esos sec-
tores, que son cruciales en el comercio
internacional de los últimos años y son
los causantes de obstaculizar el libre co-
mercio mundial, así como de trabar las
rondas de negociaciones.
Desde el punto de vista histórico,
ambos países han mantenido relaciones
diplomáticas y económicas desde fina-
les del siglo XIX (1888); aunque éstas
se pausaron de 1910 a 1917, debido a
la Revolución mexicana, como conse-
cuencia de los conflictos internos y del
sentimiento antioriental que se dio en
México. También se interrumpieron en-
tre 1941 y 1952, por la Segunda Guerra
Mundial y la ocupación estadounidense
de Japón.
El 7 de diciembre de 1941 se rom-
pieron relaciones diplomáticas entre las
dos naciones; el 22 de mayo de 1942,
el Congreso mexicano declaró la guerra
a Japón por el hundimiento de barcos
mexicanos y en solidaridad con Esta-
dos Unidos, después de los ataques de
Pearl Harbor.
11
Dichas relaciones sólo
se restablecieron hasta el mes de abril de
1952, año a partir del cual se presenta la
participación de diversas empresas japo-
nesas en sectores de la electrónica, la in-
dustria manufacturera y la automotriz.
Tal y como lo establece la embaja-
da de México en Japón, empresas como
Marubeni (1954), Mitsui (1955), Ito-
chu (1956), Mitsubishi (1962), Sumito-
mo (1967), Nissho Iwai (hoy Sojitz)
(1970), Nichimen (1975) y Kanematsu
(1981) fueron las primeras compañías
niponas que se instalaron en México y
empezaron a trasladar su conocimiento,
experiencia, tecnología y modelo de or-
ganización, y realizaron inversiones di-
rectas.
Los sectores a los que se dirigieron
las inversiones niponas en México fue-
ron aquellos en los que Japón ocupaba
una posición de liderazgo en el mundo:
1) la industria automotriz, en la que las
principales empresas japonesas que par-
ticipan en el sector operan plantas de
producción en México, como Nissan,
Honda y Toyota; 2) la industria de au-
topartes, muy ligada a la industria
automotriz; 3) la industria eléctrica,
constructora de plantas de generación de
electricidad; 4) la industria de produc-
tos electrónicos, como televisores y sus
componentes; 5) la industria maquilado-
ra de exportación.
12
No obstante estos antecedentes, la
participación y la presencia de Japón en
México realmente se dio a partir de la
década de los ochenta, tanto por el pro-
blema de la deuda externa de México,
como por el hecho de que se le empezó
a ver como una opción para la diversifi-
cación comercial incipiente que preten-
día México.
Posteriormente, con el surgimiento
de la OMC en la década de los noventa,
ambos países vieron en la liberalización
económica y comercial una oportunidad
para consolidar sus estrategias de de-
sarrollo y diversificar sus mercados de
exportación, a partir de sus propios mo-
delos de desarrollo y de inserción inter-
nacional en la economía global.
Por ello, en 1998, ambos países de-
cidieron estudiar la factibilidad de la fir-
ma del AAE, que finalmente se concretó
en 2004 y cuya entrada en vigor ocurrió
en abril de 2005.
13
En México, el AAE
propició un crecimiento de 10% anual
7
J. C. Moreno-Brid, y Jaime Ros, “México: Las reformas
de mercado desde una perspectiva histórica”,
Revista de
la Cepal,
núm. 84, 2004, pp. 47-56.
8
Yazuhiro Tokoro, “México y Japón: Una perspectiva del
Acuerdo de Asociación Económica”,
EconomíaUNAM,
vol. 3, núm. 2006, p. 51.
9
Gregory P. Corning, “Japan´s Bilateral FTA´s: No
Obstacle to Progress in the Doha Round”,
East Asia,
vol.
24, 2007, pp. 45-67.
10
Web Japan,
Japan Facts Sheet,
Comercio e inversión,
2012,
>.
11
Alejandro Carlos Uscanga Prieto, “México y Japón
después de la declaración del estado de guerra a las
potencias del Eje”, en
México y la Cuenca del Pacífico,
Universidad de Guadalajara, septiembre y diciembre de
2013, México, pp. 47-70.
12
Embajada de México en Japón,
Breve historia de
las relaciones México-Japón,
2014, pp. 1-6, <www.
embamexj.org.mx>.
13
Mireya Solís y S. N. Katada, “The Japan-Mexico
FTA: A Cross-Regional Step in Japan’s New Trade
Regionalism”,
Pacific Affairs
, vol. 80, núm. 2, julio de
2007, p. 280.
1,2,3,4,5 7,8,9,10,11,12,13,14,15,16,...71